De Juzgado de Guardia
A mis cuarenta y pocos años me han pedido cuatro veces la documentación y en todas todas, han sido en los últimos meses, tres de ellas estando con mi mujer.
La primera de ellas fue en la estación de Atocha de Madrid. Estábamos esperando a mi cuñada y al parecer en el mismo tren venía alguien "importante" por lo que la estación estaba tomada por lo GEOS. No se si por las vestimentas, mi mujer iba con pantalones de montaña y yo con un pañuelo palestino, o porque mi mujer es muy risueña y tiene la risa muy fuerte, pero una pareja de los Geos se fijó en nosotros, se acercaron y nos pidieron el DNI, solo a nosotros y eso que había bastante gente en los andenes. Este día me hizo hasta gracia el asunto.
La segunda vez, estando de turismo por la sierra de Grazalema visitando la población de Ubrique y andando por sus calles, una patrulla de la Guardia Civil en coche oficial al adelantarnos espero unos metros más adelante y al llegar a su altura nos dieron el alto y nos pidieron la documentación. Esta vez los dos íbamos con indumentaria de montañero y nos dio pensar que para las fuerzas del orden debemos ser sospechosos habituales debido a nuestra edad, vestimenta y ser pareja hombre-mujer. Igualmente la situación me hizo gracia.
La tercera vez ha sido en el metro. Iba solo, a trabajar.
Últimamente y muy frecuentemente en muchas zonas de Madrid, parejas de policías ya bien de paisano o con uniforme reglamentario abordan indiscriminadamente a personas extranjeras pidiéndoles la documentación y ver si estan en regla o están ilegales, así de claro. Esta situaciones la verdad que no me hace ninguna gracia y en mi vida había visto tanto acoso a inmigrantes. Pero bueno, a lo que iba. Casi todos los días me los encuentro en mi última parada de metro pasando al lado de ellos y claro, a mí nunca me la piden, salvo un día que iba sin afeitar con un pañuelo palestino. Me dirigía a la salida y allá estaban, con paso firme fui hacia ellos pensando ya están aquí estos pobrecitos (son unos mandaos) y cual fue mi sorpresa que uno de ellos me pidió la documentación, se la di, miró la foto, me miró y va y me pregunta el tío si he estado alguna vez detenido
por dentro me moría de risa, pero claro no quería mosquear al poli y le contesté que no pensando en decirle que si y que ahora mismo iba a pasarme casi toda la mañana en los calabozos de los juzgados porque ese día tenía guardia
pero no le dije nada y me dejó marchar. Esta vez me mosqueé un poco.
Y la última, fue también en la estación de Atocha. Veníamos en el Ave de Sevilla a primerísima hora de la mañana. Nos dirigíamos mi mujer y yo a la salida entre multitud de ejecutivos y ejecutivas. No recuerdo nuestra vestimenta, pero vamos, no íbamos en traje. De toda la multitud que salía del tren, solo nos dieron el alto a nosotros y nos pidieron el DNI, a nadie más. Esta vez pasaron nuestros datos a la central y estuvimos esperando respuesta. Estabamos limpios, no teníamos nada pendiente, jajaja. Nos dejaron marchar. Tampoco esta vez me hizo mucha gracia.
Me parece genial que haya más poli por la calle velando por nuestra seguridad, me parece genial que incluso "controlen" a la peña...pero, también me parece excesivo el acoso a los inmigrantes que hay ultimamente y segundo que por tus pintas simplemente seas sospechoso. Con la cantidad de gente en traje de chaqueta que anda suelta por ahí y es más choriza y mangante que nadie.
Si, cierro definitivamente este blog. Es una tontería mantenerlo abierto, más cuando he llegado a la conclusión de que cuanto más se escribe, más tonterías se dicen; por supuesto esto también sirve cuando se habla mucho, todos lo tendríamos que tener en cuenta... algunos más que otros.
Con https://labombilla.blogspot.com/ ya es suficiente. Creo que muchas veces allá consigo expresar lo que siento, a veces es difícil solo con imágenes, pero bueno, siempre lo intento. Con las fotos ya consigo abrir puertas a mis sueños e imaginarme que ahí fuera hay más vida de la que yo puedo abarcar, haciédome ver la urgencia de actuar y dándome fuerzas para seguir caminando, seguir buscando, seguir luchando. Y nada más. Ahora si que si, adios.
Maktub
Vaya semana, me la quería perder. Acabo de experimentar pasar un gripazo alucinante solo, completamente solo y encima con la nevera vacía. Acostumbrado que hasta hace relativamente poco, aquí, convivíamos ocho personas más algún agregado/a, verme a mi mismo casi sin poder moverme de los dolores de músculos, fiebre y con tiritonas deámbulando por la casa en busca de un alma caritativa, era digno de un guión y hasta me hacía gracia.
La verdad que estoy mal acostumbrado y esta pequeña experiencia me ha venido bien para lo que más adelante pueda venir y seguro que vendrá.
Tengo que estar muy enfermo como para no salir a la calle y la verdad que esta vez no podía dar un paso. Mis primeras veinticuatro horas las pasé en la cama, sudando como un pollo. Trasladado mi cuerpo al comedor y viendo la caja tonta, que visto lo visto cada día es más tonta, decidí seguir los consejos de una abuela que allá salía y hacerme un caldo que me venía ni que al pelo, todo él muy vegetal: puerros, cebollas, zanahorias y poco más. Pero no pude, milagrosamente había puerros en la nevera, pero no tenía ni cebollas ni zanahorias, todo un desastre. La verdad que el martes por la tarde tenía pensado ir a la compra, evento que a mi me gusta, pero claro, me vine directamente del trabajo y me metí en la cama. Lo único que me dio un poco de fuerza fue las ensaladas que me hice con lo poco que me encontraba, pasta, arroz, unas lentejas que me encontré congeladas y los cafés con leche, miel, coñac y aspirina que me metía por las noches. El jueves se me ocurrió mirarme al espejo...sin comentarios. Este mismo día vino mi salvación.
Por otra parte, el otro virus, el del pc, también me tenia vencido, hasta el punto de darme casi de baja de internet, cosa que dentro de poco tocará. Desesperado y antes de tirar el pc por la ventana, decidí abrirlo como hacen los que tienen coche y los dejan tirados en medio de la carretera y no tienen idea de mecánica, pues yo igual pero con mi pc.
Y, ¡ja!, en contra de todo lo pensado, di con el problema, había una clavija con unos cables suelta, con un poco de miedo introduje la clavija en lo que yo presumía su sitio, encendí el ordenador y bien, ya no se me bloquea, no me funciona el grabador y malamente el dvd, pero a eso ya estaba acostumbrado, veremos a ver cuanto me dura, tocaremos madera.
Y poco más, esto fue mi semana hasta el día de hoy en que fui a currar al tener guardia de juicios rápidos y en donde me encontré con otras realidades, pero por suerte esas no son las mías.
Maktub.
Nada, que al final me condenaron, se venía venir.
Pero me aplicaron bastantes atenuantes, arrepentimiento espontáneo, carecer de antecedentes penales, predisposición a tener buena conducta (aquí tuve que mentir un poquito)... por lo que me concedieron la condena condicional, eso sí, con la condición, como su nombre indica, de no volver a cometer dichas faltas en un plazo prudencial de tiempo, porque si vuelvo a cometerlos deberé cumplir las penas de estos delitos más las penas de los que cometa de nuevo. Es decir, que lo llevo crudo, al final creo que lo más conveniente es que me declaren en rebeldía y hacerme prófugo.
Maktub
Si, me declaro culpable, culpable:
de ser cada día más antisocial;
de tener cada día más mala leche. Aquí puedo aplicar una atenuante o dos. La primera, a veces es solo un muro, apariencias; la segunda es que me ponen de mala leche;
de ser cada día mas vago, de abandonarme al tedio;
de no reirme todo lo que quisiera, aunque en esta guerra muchas batallas gano yo, todavía me sigo riéndome de mi mismo;
de tirar a veces la toalla;
de pasar cada día de más cosas por no decir de casi todo;
de no intentar nada por remediar estas situaciones...
no sigo porque se acumularían muchos delitos con sus correspondientes penas.
Y si, reconozco los hechos, me conformo con las penas que me impongan; espero que el fiscal sea benevolente y me pida las penas más minimas que es lo que suele ocurrir en estos casos. Ahora a esperar a que el juez dicte sentencia, cumplir la pena y reinsertarme en la sociedad o no, no se si merece la pena reinsertarse en esta sociedad, mejor que me busquen, que me pongan en busca y captura, intentaré ponerme yo mis propias penas, lo malo que yo seré más benevolente y volveré a caer en los mismos delitos, seré reincidente, seguro.
Maktub
Unas de las cosas que nunca me acostumbraré de mi trabajo es la de estar cerca de la desgracia ajena. Bien es cierto que en estos diecisiete años que llevo trabajando en los juzgados, siempre en el orden penal, uno se acostumbra a todo y como he dicho en otras ocasiones el escudo que me pongo ante ciertas situaciones funciona a la maravilla. Trabajar en un juzgado es sentir de cerca la desesperación de personas que han sufrido o sufren por cualquier circunstancia, bien sea por ser víctima de un delito, de una acusación falsa, de una dramática situación familiar, por tener algún familiar en la cárcel o por de miles de cosas, cada persona un mundo, una historia. Más de una vez he llegado a mi casa emocionalmente echo polvo (vease el post del día doce de marzo), menos mal que mi chip de no acordarme del trabajo una vez que salgo de él funciona tambíén genial, pero ha habido otras veces que todas estas situaciones de personas desconocidas para mi me han ayudado para ver la vida de otra manera, con más optimismo, porque mis problemas comparados con la de estas personas siempre se han quedado en tonterias. Sé que esto no está bien pero creo que es humano y es como si fuese un mecanismo de autodefensa, pero no se, muchas veces me hace pensar de lo correcto de mi actuación.
Por supuesto ya a estas alturas de la película uno tambien esta harto de que la gente utilice la justicia como al pito del sereno, la gente denuncia cada gilipollez que a veces dan ganas de darles una colleja y mandarles a casita a criar malvas, por no hablar de la picaresca, que esto ya si que es de delito.
Maktub.
Todos los martes celebramos una retaila de juicio de faltas, son como su nombre indica infracciones penales leves que suelen acarrear mayormente penas de multa y en las que ni siquiera hace falta abogado, aunque se puede ir con uno.Aqui mi labor es fundamentalmente que los juicios se desarrollen con toda normalidad asistiendo al juez y como agente de la autoridad que soy, aunque no se lo crea nadie, evitar que se produzca algún altercado, cosa poco probable dado la variedad de faltas que se enjuician tales como, insultos, agresiones, amenazas, maltratos de obra (lesiones leves), coacciones, etc, etc. Como vereis aquí tampoco me aburro.
Hoy no ha estado mal la cosa.Siete u ocho faltas contra el orden público por conducir sin seguro, dos lesiones imprudentes en accidente de tráfico, dos amenazas, una coacción, unos que se denunciaban mutuamente de todo hasta llegado el punto que me he perdido de todas las faltas que se denunciaban entre si, un maltrato de obra y por último unos insultos. Este caso ha sido el que me ha despertado un poco, lo resumiré.
La denunciante cansada de los ruidos molestos que causa su vecina de arriba decide lamarla por teléfono y pedirle educadamente que cese de realizar dichos ruidos, a lo que la denunciada responde con unos improperios tales como mentirosa, guarra, gilipollas y otras lindeces, todo esto por teléfono, claro. Cada una expone su versión, la denunciada niega todo. Yo ya me he inclinado por la denunciante, me identifico con ella y viendo la actitud de la denunciada en el juicio, si fuera por mi la metía un paquete. No se aportan pruebas. La denunciante en un intento de que la convivencia vecinal se desarrolle con toda normalidad y viendo que últimamente parece ser que la denunciada hace menos ruidos, perdona a esta de tales insultos. Total, absolución por falta de pruebas, bien, se venía venir. Se da por cuncluida la sesión, desalojo la sala y oigo gritos en el pasillo, genial, la hija de la denunciada que por cierto parecía una tanqueta, la ha tomado con la denunciante, observo la situación, tengo que tomar parte porque la hija se esta poniendo estérica y empieza a zarandear a la vecina, me pongo en medio de las dos invitando a la tanqueta a desalojar los juzgados, ni caso, empieza a zarandearme, hoy tiene suerte, mi paciencia está al máximo y educadamente la digo que no me toque que le puede acarrear males mayores, estoy hecho un sandwich entre la hija y la vecina, sigue gritando y llamando mentirosa a la pobre denunciante, sigo sin hacer nada hasta que por fin hace casos a mis ruegos y enfila la salida, no sin antes llamar a la denunciante "menopáusica y gilipollas". Genial, pienso, han absuelto a su madre de insultos y ahora seguro que va a denunciar a la hija y condenarla, claro, debido a que esta vez si que hay pruebas, yo, que si es el caso si que voy, menuda fiera la hija, como se puso. Bueno no se si al final la denunciaría o no pero allá que iré si me llaman a mi segundo juicio de faltas gracias a las consecuencias por desarrollar mi labor en el juzgado, la primera fui como denunciante y condenaron a un abogado por ofensa leve a la autoridad a una multa, lo que no diré es lo que me llamó, jaja.
Maktub.
Dije al
principio de empezar el blog que no iba a hablar de
ella, pero es que es inevitable, solo con las cosas que tiene ya daría para postear todos los días. Una pena que mis limitaciones literarias e irónicas no den para más porque seguro sería una caña de blog.
Resulta que nos hemos mudado de oficina y como siempre lo han diseñado con el culo, antes estabamos distribuidos (provisionalmente para cuatro meses) todos mis compañeros/as en tres plantas de una antiguo palacete, venía bien porque en once meses que estuvimos allá hice piernas. A ella, al estar en la segunda planta y no tener que pasar por mi despacho para nada, casi ni la veía y la verdad que algún día pensé incluso que no tenía jefa; claro, no me llamaba porque en lo que tardaba en llegar a su despacho se le olvidaba muchas veces lo que quería pedirme.
Pues bien si antes hacía piernas, ahora voy a hacer manitas porque nos han metido a once personas en un cuchitril. Para poder salir de mi trinchera tengo que pedir a mi compañero que por favor se aparte un poquito; ya tengo calculadas las distancias y he tenido que poner frenos a las ruedas de mi silla no sea que con un estornudo rompa la bandeja del fax o me lleve por delante la impresora que la tengo a modo de muralla.
Pero me estoy yendo del tema. La tengo a ella en el despachito de al lado, justo al lado, donde bien cabrían cuatro personas cómodamente trabajando. Decidimos proponerla que se solidarizara con nosotros y cediera un par de baldosas corriendo la mampara que hay a modo de separación entre dos mundos bien diferentes para que estuviéramos nosotros más amplios, pero desistimos al oír su primer comentario: ¡Uy, pero que bien están todos aquí! ¡Vaya que despachito más pequeño tengo y encima sin sofá, habrá que pedir uno! Bueno, se lo propusimos de todas formas. En mi vida he visto a una persona que ante la evidencia trate de convencernos de todo lo contrario, pero lo que más alucino es que lo diga convencida de ello, solo su verdad es la verdadera, no hay otro enfoque distinto aunque para la mayoría sea lo más evidente. Y lo más cojonudo, quiere quitarnos más de la mitad del archivo para que le pongan un servicio para ella y así no mear con la plebe. Ya me veo con otra muralla a mi lado izquierdo de la mesa fabricada de expedientes.
Ayer me tuvo toda la mañana dando órdenes (con el trabajo que tengo), que estos cables no deberían ir por aquí, que llame a quien sea para que cambien una baldosa de sitio, que a parte del sofá quiere una mesa auxiliar para el ordenador... como si yo fuera el que ha diseñado la oficina o el encargado de bienes muebles del ministerio. Espero que se acomodé pronto a su humilde despachito y así me deje trabajar tranquilamente, yo solo quiero currar, sacar mi trabajo y dejarme de tonterías.
Maktub.
Hoy no tengo palabras, solo cabe en mi la tristeza. Ayer viví de cerca el horrible atentado, estaba de guardia en el juzgado y nuestro cometido era tramitar todo el papeleo burocrático de los fallecidos, fue un día largo, duro, triste. Compañeras mias estuvieron en el lugar de los atentados, vinieron con la cara desencajada, llorando de dolor, de rabia, de desesperacíon. Un abrazo para ellas.Un abrazo a todo el mundo que se volco en ayudar, a la policía, bomberos, samur, cruz roja, voluntarios... Un abrazo a todos los heridos, a todos los familiares de las víctimas, un abrazo a toda la gente de bien.
Voy a descansar, a no pensar, voy a dormir un poco para luego ir a la manisfestación.
Maktub
Cerveza Juanrix, zumo de cebada para tu paladar, la pócima perfecta.
Hoy se me va la olla,vamos que lo mio si que es de juzgado de guardia, que por cierto me toca mañana, espero que este fin de semana la gente se halla portado; bueno si queréis vuestro logo cervecero os pongo el
enlace para que pongáis vuestro nombre o lo que queráis, cortesía de
stuka.
Maktub.
De las distintas guardias que realizo, la de ayer es la peor de todas. A parte del cansancio físico al ser de 24 horas, hay que sumarle el cansancio psíquico.
En esta no te aburres, es imposible relatar todos y cada unos de los casos que se presentan a lo largo de la jornada, pero para que os hagáis una idea, es en esta guardia donde se reciben todas las denuncias formuladas en Madrid presentadas el día anterior en las comisarías (alrededor de 1500), se realizan levantamientos de cadáveres fallecidos en extrañas circunstancias, entradas y registros en domicilios y locales para el esclarecimiento de delitos, se recogen firmas de personas que tienen abierta una causa penal los cuales están en libertad, se tramitan buscas y capturas de toda España y también las personas pueden redactar y presentar las denuncias directamente allí, bueno un sin fin de asuntos.
A todo esto, hay que añadir a mucha gente que se dirige al juzgado con un problema muy concreto, que claro, para él es urgentísimo solucionar y que muchas veces no es competencia nuestra, pero bueno, siempre en la medida de lo posible se le intenta dar una solución.
Pero lo que no tiene desperdicio son las personas que vienen a denunciar que mañana mismo va a estallar la tercera guerra mundial, que tienen en su dormitorio un elefante o que quieren denunciar al rey o al papa. Muchos son habituales y la mayoría son personas solas y/o desequilibradas que lo único que quieren es que alguien le escuche. Mis compañeros siempre me mandan a estos últimos y me limito a escuchar. A veces consigo hacerles olvidar hasta a quien querían denunciar y se van tranquilos, otras hasta me quieren denunciar a mi y es que hay algunos muy pesados.
De todas las maneras ocurren muchas desgracias en una gran ciudad, tened cuidado cuando salgáis ahí fuera, ;)
Maktub
Lunes 8.50 am, llego tarde a trabajar, el andén del metro a rebosar, llega el convoy, también lleno hasta la bandera, otro día hubiese esperado a otro, pero hoy no puedo, menos mal que ocupo poco y al final me puedo colar, eso si, de lado y evitando no tocar el culo a la señora de al lado no se vaya a pensar que soy un sobón.
En un intento desesperado por evitar las cosquillas en mi nariz producido por la melena de la señora que se mueve más que una bola de pinball, muevo la cabeza a un lado y me encuentro con la siguiente escena: una mano intenta introducirse en el interior de una chaqueta ajena; genial, empiezo bien la semana. Me digo a mi mismo, pasa, pasa; ya sabes lo que ocurre en estas situaciones, no digas nada que seguro tiene un cómplice y me la lían. Además, voy sobao y no es plan que me despierten con sobresaltos.
No puedo evitarlo y disimuladamente miro las caras de los implicados, el carterista va a lo suyo, está realizando bien su trabajo, el tío es todo un profesional de guante blanco; la víctima, puff, normal que no se entere que le están birlando la cartera, tiene una cara de tonto que no puede con ella. Vuelvo a pasar del tema, alguien le dirá algo.
Llegamos a la estación de tribunal, miro de nuevo y observo que la operación ha sido todo un éxito. Aquí viene lo bueno, en milésimas de segundo y en una reacción que ni yo me creo, agarro al carterista del hombro diciéndole que donde va tan deprisa, salga del convoy, a la vez que digo al ejecutivo (porque era ejecutivo), usted también que le acaban de robar la cartera.
Ya en el andén, el ejecutivo:
-¡Eh! ¡Eh!
El carterista me monta el numerito que si tiene hijos, que si no encuentra trabajo, que no le lleve a comisaría, que no le denuncia
. A lo cual le digo, lo que manifieste el señor, que a mi me da igual. ¿Se habrá creido que soy policia si no llego ni a 1.70?
El ejecutivo:
-¡Eh! ¡Eh!
Visto el panorama, dejo marchar al carterista con una frase que ni sacada de las peores películas policíacas...Que no te vuelva a ver en esta línea, solo me falto decirle forastero. Se aleja dándome las gracias.
El ejecutivo:
-¡Eh! ¡Eh! Gracias, gracias.
9.20 am, cada uno se va por su lado, me quedo solo en el andén pensado que he evitado un disgusto a uno o dos dias de calabozo a otro, no lo se, solo se que es lunes, estoy dormido y llego tarde a trabajar.
Hoy no poco maktub, solo es una batallita de mis aventuras en el metro.
Y yo sin saberlo. Casi siempre este día me he levantado a las tantas de la tarde, normalmente con resaca y diciéndome a mi mismo que era la última vez que bebía tanto.Ayer tambien tuve resaca, pero me llegó a las tres de la noche, normal si has empezado a beber a la una de la tarde. Decidí que era el momento de retirarme e hice bien debido a que hoy tenía guardia.
Ocho y media de la mañana, amanece en Madrid y el espectáculo que observo en las calles y en el metro es el que os estáis imaginando, chicas con sus vestidos de noche andando en puntillas o descalzas (los tacones, claro), chicos luciendo sus trajes y descamisados, amigos abrazados totalmente borrachos, gente haciendo cola en las cafeterías para tomar el chocolate con churros...bueno, lo típico después de una nochevieja. Me digo a mí mismo que ya no estoy para estos trotes, que menos mal que me he retirado pronto.
Me dirijo a currar, pensando en mis cosas, recordando otras nocheviejas y temiendo esta jornada de juicios rápidos y violencia doméstica. Por suerte solo tenemos dos casos (en principio), un robo y un maltrato familiar por parte de un hijo a su madre, prisión para el primero y alejamiento de la casa familiar para el segundo. No me intereso en ninguno de los dos casos por el fondo del asunto, últimamente no lo hago(tampoco tengo porque, pero siempre me ha interesado la historia de las personas involucradas en los asuntos del juzgado), solo quiero realizar mi trabajo y terminar lo antes posible, mi coraza a funcionado hoy correctamente.
Termino mi guardia de hoy y me dirijo a casa preguntándome si de verdad ha existido para mi el dia uno de enero.
Escuchando la bso de Amelie.
Maktub.
Desde que tengo guardía cada diez días, el tiempo se me pasa volando.Ya empecé a notar como el tiempo iba más deprisa que yo cuando inicié mi vida laboral allá por el año 87, pero es que lo de ahora es demasiado, no me repongo de una guardia, cuando se me echa encima otra.
La de mañana es genial, si me quejaba de la anterior de detenidos, esta tampoco tiene desperdicio.Toca "juicios rápidos" y "violencia doméstica", vamos genial, que mañana tampoco me voy a aburrir.
Los juicios rápidos no creáis que se celebran en el día, no, se toma declaracíón a todos los implicados, se preparan todas las pruebas y se señala juicio para dentro de dos semanas.Lo que normalmente se tarda algunos meses se hace en un día, es decir que aquí los únicos rápidos somos los funcionarios (aunque parezca mentira).Eso si, si el denunciado , detenido, preso...se conforma con la pena que solicita el fiscal, se celebra el juicio y se dicta sentencia.
Y luego los famosos(por desgracia) asuntos de violencia doméstica.Aquí hay de todo y puede pasar de todo.Nada más recibir la denuncia, se cita por todos los medios al denunciando para oirle en declaracíon y normalmente se les dicta órdenes de alojamiento y otras prohibiciones con respecto a la víctima.
Ya tengo preparada mi armadura porque lo de mañana tiene miga.Las dos próximas guardias tambien serán de juicios rápidos y si hacemos cálculos y me toca guardia cada diez días, sí, me toca guardia el día uno de enero, genial, esa no me la pierdo.¡Que mala suerte, coño!
Escuchando un popurrí de música tranqui, clásica y de relajación.
Maktub.
Y lo temo, temo tener guardias, son muchas horas en tensión y encima aguantando a mi
jefa, que poco la nombraré por aquí no sea que me explaye, me caliente, diga cosas que no quiera decir y al final me alcance su brazo de la ley y me abra un expediente.
Tengo guardia cada diez días, mañana toca de detenidos. Todos los detenidos en Madrid que han sido detenidos en las últimas 48 horas pasan a disposición judicial para tomarles declaración y decidir si salen en libertad con o sin cargos, o van a pasar una temporadita con todos los gastos pagados a un hotelito muy majo.
Paso la mayor parte del tiempo en los calabozos (lugar indescriptible) coordinando a abogados, interpretes, presos, funcionarios, jefes e intentando que todo se desarrolle con normalidad, cosa que es casi imposible. Al final una vez decidida su situación, me encargo de transmitirles si salen en libertad o quedan en prisión, momento en que puede pasar de todo.
Tengo cuatro tipos de guardias diferentes, según las vaya realizando os comentaré en que consisten cada una. Y la verdad que no prefiero ninguna, tanto por las situaciones tan desagradables que ves que ocurren en esta vida, como el puñetero trabajo que dan.
A ver a que hora salgo mañana y con que situaciones me encuentro. Ya os contaré.
Maktub.