La acción
Desde siempre he sido un tipo de pocas palabras, me ha gustado más la acción, no era de esos que teorizaba y daba mil vueltas a las cosas para realizar algo, nunca me gustaron la reuniones. Si había un proyecto o idea, me ponía manos a la obra y luego me reía en mi interior de aquellos que de su boca solo salían proyectos y palabras bonitas pero que al final no arrimaban el hombro a la hora de la verdad o solo se quedaban en iniciativas para lucir su verborrea, si me jodía un poco que luego esos siempre se llevaban la fama, pero bueno, tambien aprendí a tener mi conciencia tranquila, a que me resbalara todo lo que no hicieran los demas y a darme cuenta de que la fama al final no sirve para nada.
Desde los dieciseis años hasta hace relativamente poco colaboraba en la parroquia de mi barrio, entre otras cosas, en las actividades de tiempo libre para los chavales, principalmente en los campamentos de verano. Dedicaba bastante tiempo a preparar todo el material de intendencia para dicha actividad, pero muchísimo tiempo. Llegamos a llevar hasta 220 chavales de campamento. De la nada en medio de la montaña instalabamos toda la infraestructura necesaria para albergar durante quince días toda una pequeña ciudad. Y era matador, muy matador. Mi campamento duraba no solo los quince días, el mio empezaba en abril o antes y terminaba en septiembre o octubre. Si es verdad que me quejaba porque durante todo ese tiempo tan solo tenía la ayuda esporádica de alguna que otra persona, pero la mayor parte del tiempo estaba solo revisando, pintando y preparando para que todo estuviera a punto. Pero a mi me gustaba, me sentía bien realizando dicho trabajo, tomé como acción por los demas el entregarme a dicha labor como antes otras personas se habían preocupado para que yo y otros chavales pudieran tener los únicos quince dias de vacaciones. Solo era un granito de arena, mi pequeña acción y me sentia feliz.
Ahora me levanto cada mañana pensando y recordándome a mi mismo la urgencia de actuar, buscando hacer cosas pequeñas, de momento me va mal.
Maktub.
Desde los dieciseis años hasta hace relativamente poco colaboraba en la parroquia de mi barrio, entre otras cosas, en las actividades de tiempo libre para los chavales, principalmente en los campamentos de verano. Dedicaba bastante tiempo a preparar todo el material de intendencia para dicha actividad, pero muchísimo tiempo. Llegamos a llevar hasta 220 chavales de campamento. De la nada en medio de la montaña instalabamos toda la infraestructura necesaria para albergar durante quince días toda una pequeña ciudad. Y era matador, muy matador. Mi campamento duraba no solo los quince días, el mio empezaba en abril o antes y terminaba en septiembre o octubre. Si es verdad que me quejaba porque durante todo ese tiempo tan solo tenía la ayuda esporádica de alguna que otra persona, pero la mayor parte del tiempo estaba solo revisando, pintando y preparando para que todo estuviera a punto. Pero a mi me gustaba, me sentía bien realizando dicho trabajo, tomé como acción por los demas el entregarme a dicha labor como antes otras personas se habían preocupado para que yo y otros chavales pudieran tener los únicos quince dias de vacaciones. Solo era un granito de arena, mi pequeña acción y me sentia feliz.
Ahora me levanto cada mañana pensando y recordándome a mi mismo la urgencia de actuar, buscando hacer cosas pequeñas, de momento me va mal.
Maktub.
6 comentarios
mariajo -
P -
El Manaba -
sergio Monal -
Algo de esto tendré que hacer yo , me gustaría mucho.
un abrazo:)
El Capataz -
Belén -