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Desaires, desánimos, desasosiegos y otras mixtificaciones

No hay dos sin tres

Nada, no llegué a Fisterra.Pensé que mi cabezonería iba a poder más que mi estado físico, pero no, engañar a una gripe es difícil y más si en vez de estar en camita te metes al cuerpo veintitantos kilómetros con ochos kilos a la espalda y un frio de narices.
Al llegar a Santiago si que pensé que podría realizar las tres etapas, porque me sentía bien, pero tras la primera jornada noté que mi cansancio era debido no tanto al esfuerzo de la caminata, sino más bien a una gripe mal curada que iba en aumento, por lo que decidímos dejar nuestro camino en ese punto.
Parece ser que Santi nos tiene guardado otro momento para realizar dicho tramo.Pero de todas las maneras disfruté callejeando por las calles de Santiago en incluso pudimos abrazar al Santo, cosa que el año que viene será imposible por las multitudes que se esperan lleguen por ser año santo.
Y nada más, ya van tres intentonas de llegar al fin del mundo, que le vamos a hacer.Seguiremos intentándolo.

Maktub.

3 comentarios

Juanra -

Gracias Belen, tu si que sabes.Ra, cuando crees que has llegado al final de camino, es realmente cuando empiezas tu verdadero camino.Joder, que filósofo estoy hoy!

Ra -

Y una vez llegues al final del camino..., hacia dónde andaras..?? Da gracias de no haber terminado aun...

Belén -

Ánimo!, el caso es seguir intentandolo, pues ahí radica gran parte de la gracia del Camino.