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Desaires, desánimos, desasosiegos y otras mixtificaciones

Cosas del Juzgado

Unas de las cosas que nunca me acostumbraré de mi trabajo es la de estar cerca de la desgracia ajena. Bien es cierto que en estos diecisiete años que llevo trabajando en los juzgados, siempre en el orden penal, uno se acostumbra a todo y como he dicho en otras ocasiones el escudo que me pongo ante ciertas situaciones funciona a la maravilla. Trabajar en un juzgado es sentir de cerca la desesperación de personas que han sufrido o sufren por cualquier circunstancia, bien sea por ser víctima de un delito, de una acusación falsa, de una dramática situación familiar, por tener algún familiar en la cárcel o por de miles de cosas, cada persona un mundo, una historia. Más de una vez he llegado a mi casa emocionalmente echo polvo (vease el post del día doce de marzo), menos mal que mi chip de no acordarme del trabajo una vez que salgo de él funciona tambíén genial, pero ha habido otras veces que todas estas situaciones de personas desconocidas para mi me han ayudado para ver la vida de otra manera, con más optimismo, porque mis problemas comparados con la de estas personas siempre se han quedado en tonterias. Sé que esto no está bien pero creo que es humano y es como si fuese un mecanismo de autodefensa, pero no se, muchas veces me hace pensar de lo correcto de mi actuación.

Por supuesto ya a estas alturas de la película uno tambien esta harto de que la gente utilice la justicia como al pito del sereno, la gente denuncia cada gilipollez que a veces dan ganas de darles una colleja y mandarles a casita a criar malvas, por no hablar de la picaresca, que esto ya si que es de delito.

Maktub.

5 comentarios

ada -

Me gustaría contarte mi caso.
Soy profesora de secundaria y acabo de denunciar al director del instituto donde trabajaba por acoso psicológico. Este señor ya había generado problemas (y genera) a otros profesores del instituto.No solo trabaja él en estos actos chapuceros, parte del equipo directivo y en concreto una tutora de un curso de segundo de ESO le ayudan.
Me gustaría contarte lo sucedido.
Un saludo

kardhusky -

Te comprendo, yo también estuve bastantes años de cara al público y te encuentras de todo. Es cierto que tienes que recurrir a todo tipo de recursos para sobrellevarlo, pero en mi caso nunca fui capaz de romper al salir del trabajo, y eso lo estoy pagando caro.

alhua -

desde luego que algunos denuncian cada cosa...si no mira los casposillos siempre con sus querellas.

Belén -

Desde Valencia te mando un besazo, pues veo q has tenido un día durillo en el trabajo y q la famosa coraza ha empezado a resquebrajarse por algunos puntos,¡arriba esos ánimos!. En cuanto a lo de alegrarte de tu estado con respecto a los demás siempre sigo lo q mi madre me ha dicho cientos de veces y q esta a su vez oía a la suya y esta respectivamente a mi bisabuela y así no sé cuántas generaciones, y es poco más o menos lo siguiente : " nunca te quejes ni presumas de nada pues siempre hay a tu lado alguien en mejor o peor situación q tu. De esta manera evitarás molestar o ser molestado" (ojo! era algo así, pues como bien se sabe, un hijo escucha a medias a los padres, aunq siempre queda algo ;-) De todas formas te entiendo, y como tu dices tenemos defectos humanossssssssssssss. Besos

Tomás -

Me sucede algo parecido. También ando detrás de una ventanilla. Hay desgracias impresionantes. He aprendido muchas cosas, para mi vida, al conocerlas de primera mano. Sólo nos queda hacer nuestro trabajo lo mejor posible.