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Desaires, desánimos, desasosiegos y otras mixtificaciones

Un día en el camino

Aquella noche dormí fatal, era fin de semana y la gente lo celebraba debajo del albergue de Jaca hasta altas horas de la madrugada.

El día anterior pregunté a la hospitalera las posibilidades de ir a San Juan de la Peña. Sabia de la dura variante de Atarés para poder contemplar el Monasterio de San Juan de la Peña, por mensajes expuestos en un foro del camino y me atraía la idea. La hospitalera casi me convence de no ir por Atarés, me comentaba que era muy dura, que mucha gente se habia perdido y que hace poco habían tenido que ir a buscar a alguno que otro.

Pero nada, yo ya iba decidido; yo que no suelo llevar casi agua, ni fruta ni nada de comida en el macuto la tarde anterior me compré dos botellas de agua, dos plátanos, una ciruelas, unos melocotones, una lata de sardinas con tomate y una barra de pan en previsión a algún contratiempo.

Y para allá que me dirigí solo, tenía miedo de no localizar la señal que marcaba el desvio hacia Atarés y me decía a mi mismo que si no la veía es que no tendria que ir por esa variante. Pero la vi, e incluso al verla me entraron dudas de seguir o no seguir al ver el camino hacia donde se dirigía. Tras fumarme un cigarro me dije a mi mismo, venga con un par, cuando llegues te sentirás genial.

Enfilé la primera cuesta decidido, a paso siempre vertiginoso, siempre me digo que tengo que bajar mi ritmo, pero siempre que lo intento no puedo, que le vamos a hacer.
Tras la subida y al entrar en un bosque, hice mi primera parada y me metí para el cuerpo un plátano, un melocotón y alguna ciruela.

Iba disfrutando a tope, con mi primer bordón nuevo (el que en el camino del norte luego perdería) y con la "sole" de compañía, genial. Hasta Atarés no tuve ningún problemas con las señales como me había comentado la hospitalera.Descansé un rato en el pueblo y llené de agua fresca las dos botellas de agua. Estabamos a finales de Julio y hacia muchísimo calor, bastante calor, demasiado calor.

Proseguí mi camino y en un despiste mio al subir una cuesta me pasé una señal que marcaba un desvio. A la media hora de no ver ninguna señal y encontrarme al final de un camino que no conducía a ningún sitio, me dije que a partir de ahora no iba a mirar al suelo cuando enfilara una subida de esas matadoras. Volviendo sobre mis pasos, por tres veces me desvié por caminos que al igual que el primero no conducían a ninguna parte. Ya en el último y la verdad que un poco mosqueado conmigo mismo, me hice el aventurero y al divisar una montaña en la que presumía que detrás estaba San Juan de la Peña me dirigí hacia ella a campo y bosque a traves (que iluso)...desistí cuando me ví las piernas llenas de magulladuras y mi cuerpo junto a mi mochila y bordón en el suelo despues de rodar por un pequeño terraplen...

Bueno paro, porque me esta saliendo esto un poco largo.Si eso luego sigo.Continuará
Un abrazo y buen camino a todos.

Maktub

4 comentarios

P -

Lo del cigarrillo desentona un poco con el resto del post, tan sano, frutita, agua, ejercicio... Voy a leer la parte II.

Luna Misteriosa -

Dicen que cuanto mas esabrupto es el camino mas se aprende, sigue así pekeño, cada dia me enorgullece mas sentirme amiga tuya, eres muy grande.

Sergio Monal -

Que aventurero por Dios!!! Campo a través!! Ya nos contarás como acaba esto. Madre mía...

Un abrazo!

Belén -

Uff! A algunos por hacer lo q tu hiciste los llaman locossssssssssssss.Acabo de ver q realmente eres un "cabezón", pero supongo q en cierto modo algo de ello hay q tener para poder hacer ese tipo de rutas.